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"Magic" Johnson y "Air" Jordan estrellas brillando en un mundo de estrellas

lunes, 14 de abril de 2008

La NBA, un Universo de estrellas

Navegando por la red me topé con un artículo relacionado con los dos más grandes jugadores de basketball de todos los tiempos a mi parecer, esto es solo una afirmación personal basada en el impacto y la influencia social que ambos deportistas han generado no solo por su trayectoria y sus logros en la NBA si no por su aportación y su ejemplo de Vida y de triunfo; un fragmento del artículo decía lo siguiente:

"Michael Jordan y 'Magic Johnson' han sido elegidos como mejor escolta y mejor base, respectivamente de todos los tiempos en una votación realizada por expertos en la materia de la 'ESPN' estadounidense, con lo que formarían el 'backcourt' (línea de exteriores) ideal de la historia del baloncesto".

La NBA es la liga de basketball donde juegan y han jugado desde siempre los mejores jugadores de este popular deporte, pero hoy quiero destacar el desempeño de estos dos tipejos, ya que siendo el basketball uno de mis deportes favoritos no podía dejar pasar la oportunidad de expresar abiertamente en este blog mi admiración hacia estos impresionantes artistas de la cancha.

Earvin Johnson nació en Lansing (Michigan) y se ganó el apodo de "Magic" tras un partido en el colegio en el que anotó 36 puntos, capturó 18 rebotes y sirvió 16 asistencias. En la universidad del estado de Michigan, los 206 cm de Johnson fueron determinantes para que su equipo, los Spartans, ganase el campeonato de la National Collegiate Athletic Association (NCAA) en 1979. Abandonó la universidad ese mismo año para incorporarse a Los Angeles Lakers, equipo con el que obtendría cinco anillos de la NBA (1980, 1982, 1985, 1987 y 1988). Además, Johnson fue nombrado en tres ocasiones jugador más valioso de la competición (1987, 1989 y 1990), participó en muchas ediciones del All-Star y, en el momento de su retirada, ostentaba el récord de asistencias de la NBA (9.921).

Michael Jordan, escolta de 1,98 m de altura, fue imparable: en 1985 fue nombrado mejor jugador debutante del año, en 1987 se convirtió en el segundo jugador (Wilt Chamberlain fue el primero) que lograba anotar más de 3.000 puntos en una sola campaña (consiguió 3.041, con un promedio de 37,1 puntos por partido) y en 1988 resultó designado mejor defensor de la competición. En 1991 condujo a los Chicago Bulls a la consecución de su primer campeonato de la NBA, título que revalidó de forma consecutiva en 1992 y 1993.


Antes de iniciarse la temporada 1993-1994, Jordan anunció su retirada tras aducir que había perdido interés por jugar al baloncesto profesional. La violenta muerte de su padre influyó también en su decisión. Anotador espectacular (el 28 de marzo de 1990 llegó a encestar 69 puntos en un partido frente a los Cleveland Cavaliers), aunque también destacó por su tenaz juego defensivo, se retiraba como uno de los jugadores de baloncesto más extraordinarios de la historia de la NBA.
A principios de 1994, Jordan volvió al deporte profesional, esta vez como jugador de béisbol. Firmó un contrato con los Chicago White Sox, pero fracasó. En abril de 1995 regresó a la plantilla de los Chicago Bulls, y en la temporada siguiente, primera que disputó completa tras su reaparición, demostró una ambición y un momento de forma impresionante, lo que se tradujo en su cuarto anillo con los Bulls (además de conseguir ser máximo anotador de la NBA, jugador más valioso de la temporada regular, de los play-offs y del All-Star). La consecución de dos nuevos títulos de la NBA (1997 y 1998) le convirtió en un auténtico fenómeno, no ya sólo deportivo, sino también social.

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